La primera exposición en México de Andy López Montoya se despliega como un horizonte de memorias fragmentadas y tensiones no resueltas, un espacio donde la identidad se cuestiona y se rehace en el choque con lo desconocido. No es solo una muestra, sino un acto de resistencia frente a la experiencia del desplazamiento y la adaptación cultural, donde lo político se insinúa en cada trazo y cada forma.

El cuerpo de obra que compone esta exhibición funciona como diagramas emocionales, mapas de una geografía interior que busca nombrar lo innombrable. López Montoya politiza la estética, estiliza la política, y en ese gesto nos invita a confrontar las tensiones que habitan en nosotros y en el mundo que nos rodea.

 Esta muestra es un diálogo abierto, una invitación a habitar el tiempo fragmentado de la memoria y la experiencia. En "Los días que no se nombran" se siente la pulsión de lo no dicho, la urgencia de nombrar lo invisible, y la potencia de un trabajo que busca habitar nuevos territorios.

*Esta muestra es el resultado del primer ejercicio del programa de Residencias Artísticas de la galería.